
Estos versos de gorrión
muy bajito pero vuelan,
deliran con llegar cantando hasta tu árbol
golondrina que te vas de los mares de mi historia,
avioncito de papel estraza
donde trazo mis deseos de huir
ojos de lechuza
labia estriada en el trino nocturno,
parecida al chip-chip que sólo se le oye al petirrojo
versos prehispánicos de pluma de quetzal
besos tempranos de halcón peregrino
besos de 140 bpm
y en horas hábiles
con doble turno
del pájaro carpintero;
besos narcófagos
que zopilotean nuestra muerte prematura
nuestra incipiente muerte en cascarón de agave
pelícano que me lleva en la punta de la lengua
hablo de tu voz a donde vaya
covereando tus palabras sin medias tintas
tu voz, la poesía del jilguero parva
que flamenquea mis bocetos más ripiosos
tu voz cucú,
tu voz ruiseñor,
tuvo su corona en el “pálido fuego” de un ampelis
mi señorita calandria de la voz azul
ave de cuatrocientas voces
ave de agua que escribió el que da vida,
poquita cosa, como un pardo pajarillo
y a veces, ave de paso.
A estas alturas, sólo tu alpiste
me da la voz de la poesía
que nace cuando muere el silencio, y
luego de su fuego, caigo en picada sobre la presa
sobre ti
hablo sobre ti
aunque soy ave de mal agüero
y mis noticias presagian las notas de un réquiem.
Me muero en la raya contigo
alzando el vuelo con la propina del aire
que dejas en cada aleteo
en cada golpe de remo
en cada rama que habitamos
en cada mudanza trasatlántica
y siempre estás tú, al fondo de mí, Altazor,
eterno huitzi-tzi-tzi-tzi-lopochtli
que repite y repite y repite
nevermore. Bye, Bye, mirlo enamorado,
cuar, cuar, cuar… Comala.
Sriiii, sriiii, sriiii… La Jimba.
Pea… pea… pea… ¿dónde?
Poesía, ¿eres tú?
Aguarda un instante eterno en mi nido
ya ves que el tiempo
se pasa volando.
México Tenochtitlan
Agosto de 2009
Adolfo Ramírez
1 comentario:
paseando por la web, encontre tu blog, buenos poeminimos.
Publicar un comentario