I
¿Recuerdas?
cuando volábamos cometas
como barcos en el aire de la playa,
peleando contra los párpados que pesaban como anclas,
sosteniendo el peso de las mareas.
Las olas subían y bajaban
juzgados por los ojos saltones de las gaviotas.
Recuerdas que los muelles se quedaban vacíos,
hundidos por nuestro paso de espuma,
cuando tus alas de pelícano quedaban olvidadas en la arena,
y yo, varado, con mis remos rotos,
nunca llegábamos al faro, flotando siempre
a centímetros de la costa.
Nuestro puerto opuerto se quedaba quieto
impávido cuando estábamos juntos,
como un barco sin vela, mirando las nubes rasgadas,
y el horizonte, siempre una pintura a lo lejos.
Hasta que un día desayunaste sal y despedidas,
algunas citas de navegantes que olvidaron su rumbo,
y un naufragio inevitable nos tragó,
cuando la marea nos cobró caro tanto vuelo sobre mares prohibidos.
II
Pero aún puedes recordar
cuando incendiábamos el agua con nuestra humedad marina,
cuando la brisa salada en nuestros labios
fundía el acero de los mástiles,
y las mañanas costeras ardían en nuestros cuerpos.
El puerto despertaba enfermo de fiebre,
las hojas se agitaban en las corrientes
de nuestro abrazo atemporal,
y la bahía era un horno adentro,
mientras afuera, tu corazón era un glaciar
Afuera, marejadas y ríos de lava,
adentro tu amor, siempre el fin del mundo en el cono sur.
Recuerdas que un día nos echaron del muelle,
y cada uno fue a naufragar a islas heladas
en lados opuestos del mundo.
29/12/10
2 comentarios:
Sin duda: un super poema girondiano, queridísimo Adolfo.
Recibe un abrazo lleno de cariño desde Siberia. Que el 2011 sea el mejor año de tu vida y que esté lleno de sexo, música y mucho rock & roll :D
¡Muá!
Lo que menos me gusta de ti, es que seas poeta, y te busques nuevas musas
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