Ay, mi México lindo y querido. Hace unos días, mientras veía las noticias, vino a mi mente una frase que se le atribuye a Salvador Dalí:
"De ninguna manera volveré a México. No soporto estar en un país más surrealista que mis pinturas".
Por otro lado, también se cuenta la historia de André Breton, el padre del surrealismo, quien llegó a la conclusión de que México era el país surrealista por excelencia.
Ni Miró, Dalí ni compañía
ni Remedios Varo, lo demuestro.
ni René Magritte —y salud, maestro—
ni Leonora Carrington podría.
Ni Hans Richter —pero no se ría—
ni Paul Éluard, ni don Luis Buñuel
ni Luis Aragón, éste o aquel
ni Robert Desnos que hizo poesía.
Ni André Massón, pincel que te salva
ni juntos en suma, estos artistas
ni Lorca —que de amores herido—
ni André Bretón, hermanos del alma,
llegaron a ser tan surrealistas
como México lindo y querido.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario